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![]() LA VIRTUD COMO SABIDURÍA A la doctrina que equipara sabiduría y virtud se la denomina intelectualismo ético y ya fue formulada por Sócrates, en un intento de superación del relativismo de los Sofistas. Los conceptos morales no son fruto de una convención o pacto entre hombres, ya que se refieren a realidades existentes y permanentes (ideas) que son independientes de la razón y la voluntad humanas. Sin embargo, es a través de la razón como el hombre puede tomar contacto con la realidad moral, realizándola en su persona. A la manera socrática, Platon afirma que sólo el sabio es el virtuoso, porque únicamente conociendo qué es la virtud, es decir, la idea a la que se refiere el concepto "virtud", hay posibilidad de serlo en la vida práctica. El saber y la virtud coinciden y se necesitan recíprocamente. |
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Lo
Justo en sí, la bondad en sí, la prudencia, etc., esto es, los valores
morales existen por sí mismos, y por ello es posible definirlos objetivamente
y, una vez conocidos, llevarlos a cabo en la vida práctica. El sabio no
podrá ser malo, ya que el mal
es fruto de la ignorancia, un defecto que no radica en nuestra naturaleza
sino en el no cumplimiento de lo esencial de nuestra naturaleza (la racionalidad). LA VIRTUD COMO PURIFICACIÓN Aquí reaparece con toda violencia el antihedonismo platónico: los placeres materiales y corporales no sólo no coducen a la felicidad, sino que incluso nos la impiden. Virtuoso y feliz será aquel que purifique su alma de las pasiones y "desórdenes" del cuerpo y se vuelque hacia el mundo eidético, el único capaz de realizar humanamente a el hombre.
LA VIRTUD COMO ARMONÍA ENTRE LAS TRES PARTES DEL ALMA La virtud puede entenderse tambien como un equilibrio y armonía entre
las distintas partes del alma. Debe desarrollarse tal acuerdo entre
ellas que se unifiquen los distintos elementos que conforman el compuesto
humano, sometiéndolos a la razón. Es esta la única que puede regir esta
armonización: |
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La razón no tiene más que un camino a seguir en sus indagaciones; mientras tengamos nuestro cuerpo, y nuestra alma esté sumida en esta corrupción, jamás poseeremos el objeto de nuestros deseos; es decir, la verdad.
Esta división del alma le permitirá justificar la desigualdad social: ésta tiene un origen natural. Los hombres deben pertenecer a una clase social u otra dependiendo de la clase de alma predominante en ellos. En el cuadro de arriba se muestra un esquema de la correspondencia entre las clases de alma, sus virtudes inherentes y la clase social a la que pertenecen. |
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---- Una lectura completa sobre la ética platónica está disponible en el libro interactivo para iPad: LA FILOSOFÍA DE PLATÓN, de Elena Diez de la Cortina y Juan Antonio Negrete (Editorial Manuscritos, 20013). Disponible ya en la iBookstore. Puedes ver aquí abajo un vídeo explicativo del libro (book trailer). |
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